- 12 galletas digestive
- 40 gr de mantequilla
- 4 hojas de gelatina
- 400 ml de nata
- 90 gr de azúcar
- 500 gr de queso de untar (tipo Philadelphia)
- mermelada de frutos rojos
Para hacer la base de la tarta, triturar las galletas con un robot de cocina, o introducirlas en una bolsa de plástico y pasar por encima un rodillo.
Fundir la mantequilla y mezclar bien con las galletas, parecerá que no es suficiente mantequilla, pero si añadimos más la base quedará demasiado dura.
Colocar un aro de un molde desmontable de 24 cm (solo el aro), sobre el plato donde se vaya a servir. Poner la mezcla de galletas y aplanar con la mano. Introducir en la nevera y reservar.
Poner las hojas de gelatina a hidratar en un cacharro con agua.
En un cazo al fuego, calentar la nata con el azúcar, remover con varillas.
Cuando el azúcar se disuelva, añadir el queso y seguir removiendo hasta que el queso este completamente mezclado (sin que llegue a hervir).
Escurrir las hojas de gelatina, añadir al cazo y disolver por completo.
Verter esta mezcla sobre la base de galletas.
Introducir en la nevera al menos 3 o 4 horas, hasta que esté completamente cuajado.
Añadir una capa de mermelada, previamente batida con un tenedor para que esté un poco más líquida.
Guardar en la nevera. Desmoldar y servir.
A tener en cuenta:
- Para la base podemos utilizar en vez de galletas, sobaos cortados a la mitad para que la base quede fina, se colocan dentro del aro y se remojan con un poco de leche.
- Se pueden sustituir las hojas de gelatina por 8 gr de gelatina en polvo (remojar con un poco de la nata que vamos a utilizar).
- La mermelada puede ser del sabor que mas nos guste. También se puede sustituir por salsa de caramelo o dulce de leche.
- Podemos hacer la tarta en vasitos individuales.
Haciendo la receta con la mitad de los ingredientes, salen 5 o 6 tartas individuales, dependiendo del tamaño de los recipientes.